LA ENSEÑANZA DEL VASO DE AGUA
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Una psicóloga en una sesión grupal levantó un vaso de agua y, dirigiéndose a los presentes que, calculadores, ya buscaban respuesta previsible a la pregunta: ¿Estará medio lleno o medio vacío?
Sin embargo, por sorpresa, ella preguntó: ¿Cuánto creéis que pesa este vaso? Las respuestas numéricas variaron entre los asistentes para ver quién se aproximaba con mayor exactitud, pero la psicóloga respondió de repente: "El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo un minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, posiblemente me dolerá el brazo; con certeza, si lo sostengo un día entero, mi brazo se entumecerá y paralizará". Agregó: "El peso del brazo no cambia, pero cuánto más tiempo lo sujeto, más pesado se vuelve. Y continuó: "Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada, Si piensas un poco más, empiezan a doler, y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada por solucionarlas."
De este relato, extraemos una sabia conclusión para nuestra vida diaria:
¡Acuérdate siempre de soltar el vaso de agua a tiempo!